El Maestro José Ortega Cano se va a quedar sin la oportunidad que anunciaba hace 24 horas en el programa Los Toros de Manolo Molés en la edición para el podcast de la Cadena Ser.
El bombazo informativo tuvo una amplia onda expansiva. Una onda que se acabó en cuanto llegó al organizador Emilio Muñoz, compañero tantas tardes en los ruedos del cartagenero.
Muñoz entiende que es un atrevimiento por parte de José y un riesgo innecesario. Por lo tanto, aunque José se mostrara muy ilusionado en actuar de nuevo en un ruedo en el que ha firmado algunas de sus mejores faenas de su vida torera, al final no va a poder ser.
Tendremos que quedarnos con el regusto de saborear mentalmente en vídeo sus históricas faenas al toro "Espanto" de Juan Pedro Domecq, o a "Pantalano" de Jandilla en un marco tan especial como el maestrante.
Hay que aceptar que el tiempo pasa, aunque la ilusión persista. Hay que aceptar que uno ya no es un crío, por mucho que por dentro le hierva la sangre como siempre le ha hervido.
José Ortega Cano no merece ni que le jaleen más de la cuenta, ni sufrir este tipo de cortes en seco. José, el Maestro Ortega Cano, es, ante todo, una buena persona. Y merece lo mejor.
Y lo mejor es recibir y disfruta del máximo respeto que le profesamos todos los que hemos conocido su enorme capacidad delante del toro. Que es la de un auténtico figurón del toreo. Un histórico de todos los tiempos. Un auténtico coloso.
Viva José y su eterno espíritu de luchador. Ojalá que todos los que dicen ser sus amigos, lo quisieran de verdad. Eso sí es una pena.
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