Jorge Martínez es un novillero español, salido de la Escuela Taurina de Almería, y murciano de Totana para más señas.
Acaba de emprender rumbo a México, como novillero seleccionado para formar parte del Centro de Alto Rendimiento de la empresa Casa Toreros.
Jorge tiene el toreo metido en la cabeza, y si me lo permiten en el ADN pues antes de apuntarse a ninguna escuela doy fe de que ya toreaba mejor de salón que muchos que llevábamos varias décadas intentándolo.
Su padre -que fue novillero y es un excelente aficionado- le inculcó las bases y el 'alumno' las desarrolló con la naturalidad de los elegidos. Sólo Dios sabe hasta donde puede llegar pero tiene todas las virtudes necesarias para llegar a lo más alto.
Y está en el camino. Una vez ha aterrizado en México ya han tenido ocasión de ponerse delante de unos cuantos animales y ha causado verdadero impacto en quienes le han visto.
El próximo 14 arranca oficialmente el circuito, pero los toques que ya ha dado le sitúan moralmente en una situación de privilegio respecto a los demás.
Hacen falta novilleros con futuro, y en Jorge hay madera, por valor, oficio y maneras. Sabemos en qué punto estaba cuando ha marchado a la aventura americana, después de haber debutado con picadores ya no le habían vuelto a dar ninguna oportunidad.
La coyuntura sanitaria y el sistema pueden abortar el intento en muchos aspirantes que tienen fe y esperanza, pero no nos podemos permitir el lujo de desperdiciar el torrente de potencial de este totanero que estoy seguro que va a venir de allí con el poso y el cuajo -el temple ya lo lleva de serie- que le va a propiciar la experiencia azteca.
Por eso titulo este post "Cuando Jorge regrese a España". Porque cuando regrese puede acabar con el cuadro. Se lo aseguro.
