Aquel 7 de septiembre de 1979, "Pepito" daba el salto del novillo al toro en la plaza de su Murcia natal al lado de dos colosos como Manuel Benítez "El Cordobés" y Sebastián Palomo Linares que fueron padrino y testigo de la ceremonia.
En chiqueros aguardaba una corrida con el hierro de Antonio Pérez de San Fernando, y el que rompería plaza de llamaba "Presumido", de 480 kilos.
Pepe cortó una oreja a ese toro de la alternativa y otra al que cerraba plaza.
Cómo es hombre de bien y es admirado y respetado como torero y también como maestro de la fisioterapia, ocupándose de la recuperación de todos los toreros de la tierra cuando han tenido alguna lesión o han caído heridos, esta noche se le va a tributar un más que merecido homenaje en un conocido restaurante de la capital.
Pepe, desde aquí mi enhorabuena, mis felicitaciones, mi gratitud y todo mi respeto. ¡A por otros cuarenta!
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