Algo falla en un certamen como el de la "Espiga de Oro", en el que se presume de torismo, cuando la feria pende ahora mismo de las opciones de triunfo que puedan prestar los pupilos de El Pincha, este martes, y de Fuente Ymbro, el día 8.
El monoencaste, el encaste predominante o, mejor dicho, dos novilladas de sangre Domecq están llamadas a salvar el desastre ganadero de una feria planteada con un elenco ganadero, a priori, de gran atractivo.
Ni la de Barcial, ni la mansada de Daniel Ramos, ni por supuesto la de Saltillo han servido para el triunfo.
Al contrario. Tampoco se espera mucho lucimiento para los novilleros en la jornada reservada a los "veraguas" de Prieto de la Cal, del miércoles.
Y , aunque, los pronósticos están para romperlos, lo normal es que la Espiga se la jueguen Jorge Molina, que viene de triunfar a lo grande en Villaseca de la Sagra; el Niño de las Monjas, que ha tocado pelo en Las Ventas este año; y Marcos Linares.
El siguiente turno de oportunidades está previsto para el jueves 8, la tarde en la que Sergio Felipe, Jorge Martínez y Víctor Acebo tengan ocasión de decir su última palabra.
Las espadas están en alto. Sólo falta que embista un novillo, o un toro, o lo que salga por toriles.
La afición de Calasparra va a disfrutar con lo que queda de Feria mucho más que con lo que lleva. Se lo aseguro. A poco que.
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