Parece mentira, pero es verdad. El tiempo nos hace mayores y nos acabará enterrando. ¿Quién diría que ya se cumplen hoy diez años del fallecimiento del Maestro Antonio Sánchez "Niño de Caravaca"?
Llevaba ya varios años postrado en una cama, inerte, pero todos los que le queríamos recordábamos su ausencia en vida.
Una caterva de aspirantes aprendimos el ABC de la práctica del toreo gracias a él. Un puñado llegaron a matadores, otros desempeñan un buen papel como banderilleros, y otros como aficionados rasos amamos la Fiesta con conocimiento de causa. Pero es indudable e innegable que Niño de Caravaca ha marcado -para bien- las bases de las últimas generaciones de toreros que ha dado la Región de Murcia.
Era además una enciclopedia viviente, y mantenía el vivo recuerdo de su paso por el toreo a lo largo de más de 2.000 festejos en que participó y que su Lola -su querida esposa- tenía rigurosamente contabilizados.
Y a la hora de enseñar tenía también su retranca, y sus frases célebres que jamás olvidaremos.
Como tampoco olvidaremos los que hemos tenido la suerte de verle delante de las vacas moverse como un rayo, con esa luz de los que han sido gente en el toreo por méritos propios.
Dios le tenga en su gloria, y nosotros siempre presente. Descanse en Paz, Antonio Sánchez "Niño de Caravaca".
P.D.- Dentro de dos años -el 13 de febrero de 2023- se cumplirá el centenario de su nacimiento. Su memoria y su recuerdo nos obligan a preparar un emotivo y magno homenaje. Su persona y su figura, sin duda, lo merecen.
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