Ha sido muy grave y pudo serlo mucho más. El momento fue dramático, terrible. El "miura" fue muy certero. Antes de tomar el primer muletazo que pretendía darle de rodillas, desafiando a las dificultades y al destino, el tal "Trapajoso" se le fue directamente al pecho y le estampó contra las tablas, para ensañarse con él ocasionándole graves lesiones.
La cogida pudo tener las peores consecuencias que entran en el guión de una corrida en la que se lucha con la vida y con la muerte. Tantas veces decimos que el torero se ha jugado la vida, y a lo mejor lo que se ha jugado realmente ha sido la muerte. Ayer mismo lo hizo Rafaelillo, no voy a entrar ahora a valorar las circunstancias que le llevaron a esa apuesta tan arrojada y al mismo tiempo tan cabal. Pero todos tenemos nuestra parte de culpa en lo que ayer sucedió, y en lo que pudo suceder.
Los compañeros de Aplausos han conseguido un parte más completo y exhaustivo que el que conocíamos de la enfermería de la plaza de Pamplona.
Este es el detalle de un parte absolutamente desgarrador, en el que se leen hasta trece costillas afectadas y tres vértebras.
El primer impacto fue con el pitón izquierdo en el costado derecho, en el que hay seis costillas, seis dañadas
El segundo contra las tablas, con el pitón derecho penetrando sobre el costado izquierdo, fracturando y "acabalgando" hasta siete costillas de ese lado.
Y también hay fracturas y afectación de tres vértebras, la séptima más dos lumbares.
DETALLE DEL INFORME MÉDICO:
Rafaelillo, un parte desgarrador
El diestro fue sometido anoche a una toracotomía de urgencia, "objetivándose fracturas costales a nivel lateral y posterior de varias curvas con hemotórax importante en relación con sangrado de intercostales", según refiere el parte médico
Rafaelillo, cornada envainada en hemitórax izquierdo de pronóstico grave.
Rafael Rubio “Rafaelillo” permanece ingresado en el Complejo Hospitalario de Navarra, donde anoche fue sometido a una radiografía de tórax y a un TAC toraco-abdominal. Según el diagnóstico de las pruebas, el murciano había sufrido en el fuerte percance registrado en la plaza de toros de Pamplona “neumotórax izquierdo que ocupa aproximadamente el 50% de la caja torácica izquierda. Neumotórax derecho que ocupa aproximadamente un tercio de la caja torácica derecha. Condensación parenquimatosa en el LII compatible con posible contusión pulmonar. También pequeño hemotórax derecho”.
El parte refiere, asimismo, “múltiples fracturas costales. En parrilla derecha el arco anterior de la 4ª costilla, acabalgada. Los arcos posteriores de la 7ª, 8ª, 9ª y 10ª costillas. Fisura de la 6ª costilla derecha. Fractura de la apófisis trasversa derecha de la 7ª vértebra. En la parrilla izquierda fractura de la 6ª, 7ª, 8ª, 9ª, 10ª, 11ª y 12ª. La 9ª con dos trazos de fractura. Varias acabalgadas. Fracturas de las trasversas derechas de L1 y L2”. Además, se detalla “enfisema subcutáneo” y “lesiones focales hepáticas compatibles con hemangiomas”.
Tras las pruebas, el torero fue sometido a una “toracotomía de urgencia in situ, objetivándose fracturas costales a nivel lateral y posterior de varias curvas con hemotórax importante en relación con sangrado de intercostales. Se aprecia indemnidad de diafragma y pleura visceral. Se coloca tubo de tórax desde anterior. Drenaje en plano superficial. Cierre por aproximación de diferentes planos”.
“Politraumatismo sin traumatismo craneoencefálico. Neumotórax bilateral, predominio izquierdo, pequeño hemotórax bilateral. Contusión parenquimatosa en LII. Múltiples fracturas costales en ambas parrillas. Fractura de la apófisis trasversa derecha de T7, L1 y L2”.
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