viernes, 26 de julio de 2019

Rafaelillo sigue siendo torero, después de haber nacido en Pamplona

Sorprendentemente, tras doce largos días en el hospital como consecuencia del volteretón asesino que le propinó "Trapajoso", el cárdeno de Miura que le estampó contra la barrera y casi le manda al otro barrio, no ha perdido un ápice de torería.

Su gesto lo dice todo: sigue siendo torero, por encima de todas las dificultades, por encima de todos los dolores, por encima de los mil contratiempos, por encima de mil mentiras que uno tenga que escuchar.

Sabe que los doctores le salvaron la vida en la enfermería de la plaza de Pamplona, sabe que su mujer ha estado ahí hecha una auténtica madre coraje, echándose a las espaldas todo el peso de aguantar de día y de noche, sin desfallecer, sin que nadie le pudiera cambiar un turno para descansar o desconectar si quiera por unos instantes. Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, y aquí ha quedado más que demostrado.

Ahora vienen tiempos para seguir luchando en esta dura curación y posterior rehabilitación. Porque aunque Rafaelillo’ ha recibido este viernes el alta hospitalaria tras la grave cogida que sufrió el pasado 14 de julio en la plaza de toros de Pamplona, donde un toro de Miura le produjo numerosas lesiones en la caja torácica, ahora viaja a Murcia, donde seguirá con la recuperación en un complejo hospitalario.

Antes, “Rafaelillo”, ha comparecido en rueda de prensa junto al director del Área Clínica del Complejo Hospitalario de Navarra, Miguel Ángel Ciga, el jefe del Servicio de Anestesia, Miguel Salvador y el cirujano jefe de la plaza de toros de Pamplona y que ha estado pendiente de su evolución en todo momento, Miguel A. Hidalgo.

El murciano ha expresado su gratitud a todos los que se han interesado por su estado y también el excelente trato recibido por el equipo médico encabezado por el doctor Hidalgo y por el personal sanitario que le ha atendido en el Complejo Hospitalario de Navarra.

El murciano ha protagonizado una rueda de prensa emotivísima durante su intervención, y ha asegurado que: “Llevo toda mi vida dedicada en cuerpo y alma a mi profesión en una carrera que no se ha caracterizado por ser fácil, en la que he vivido momentos muy duros, pero puedo prometeros que la cogida del día 14 en Pamplona ha sido el más duro de todos con mucha diferencia. Sentí que todo se acababa. Hubo un momento en la enfermería de la plaza que me asusté muchísimo y pedí que llamasen a mi mujer para hablar con ella y con mis hijas antes de que me durmiesen. Quería escuchar sus voces y que fuese lo que Dios quisiera…” ha comentado el torero, añadiendo que: “Afortunadamente, y gracias a la milagrosa intervención de nuestros ángeles de la guarda que son los doctores, el 14 de julio será una fecha en la que celebraré mi cumpleaños de ahora en adelante”.

"Ha sido una gran lección de vida y de humanidad en la que he sentido que el torero es muy querido, pero más aún a la persona que hay dentro del vestido de luces, y eso es de lo más bonito que le pude pasar a un ser humano”, ha asegurado Rafaelillo.

"Pamplona y Rafaelillo siempre han mantenido un vínculo especial. Han sido 11 años haciendo el paseíllo en esta plaza, una plaza que ha sido muy determinante en muchos momentos de mi carrera, y siempre he sentido el cariño de su gente y su afición. Pero ahora ese vínculo es mucho mayor y nos unirá de por vida, porque yo volví a nacer un 14 de julio en Pamplona y ahora me siento mitad murciano y mitad pamplonica”, poco importa que el gentilicio sea pamplonés cuando se dicen las cosas con el corazón en la mano.

Por su parte, el doctor Ángel Hidalgo, tras explicar el proceso evolutivo de Rafaelillo desde el percance hasta el día de hoy, ha explicado sobre los plazos de recuperación que: “En el momento en que el dolor vaya cediendo, calculo en las próximas dos, tres semanas, y él vaya haciendo más ejercicio físico y entrenando se va a encontrar cada vez mejor. Creo que, yendo todo bien y sin complicaciones que no se esperan, una fecha aproximada podría ser octubre”.

El doctor Miguel Ángel Ciga, tras explicar el proceso quirúrgico que se llevó a cabo tras la cogida, ha explicado cuales fueron los momentos más difíciles: “No sabíamos si la abundante hemorragia que presentaba el torero procedía del mediastino o del diafragma, hasta que no se abrió el tórax y por fortuna se comprobó que procedían de las arterias intercostales”.

Por el afecto personal que le tengo a Rafael, a mí personalmente me habría gustado que, después de todo lo que ha conseguido y de todo lo que le ha tocado vivir -las injusticias, el desprecio del sistema-, dejase de torear, pero aquí sigue habiendo torero. El gesto le delata. Queda "Rafaelillo" para rato. Dios le guarde muchos años.

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