viernes, 14 de agosto de 2020

El silencioso avance de Filiberto, que no cesa de torear en el campo

La vida secreta de los toreros es así. Silenciosa y callada. Mascullando el triunfo, preparando la mente para la dureza. Y, por qué no, también para el fracaso -o el no triunfo- qué en el toreo está a la orden del día. 

Y más con la que está cayendo. 

Filiberto es un torero de alternativa relativamente reciente, que sigue creciendo. Pero a falta de presencia en festejos se está buscando la vida en el campo. No para. Torea todas las semanas. Y está creciendo profesionalmente a pesar de no sumar contratos. 

Todos sus esfuerzos están dando los frutos con un toreo más macerado, y mucho más afinado. Sobre todo con el capote. 

Ya el año pasado dejó entrever sus grandes avances manejando la capa. En Hellín mismamente frente a los toros de Miura, donde lo bordó.

Ha seguido indagando en el tema, y se le nota. La verónica de la imagen, captada por el gran fotógrafo Pedro Laforet ayer en la finca La Losica de los herederos de don Pedro Merenciano, es una auténtica delicia. 

Rezuma plasticidad y armonía. Pero, sobre todo, trabajo, esfuerzo, dedicación y ganas de mejorar y seguir creciendo en la profesión. A pesar de que vengan mal dadas o sean malos tiempos para encontrarse en la tesitura de toreros como en este caso Filiberto, con cualidades de funcionar que tiene que conformarse con seguir ahondando por su cuenta. 

Mucho ánimo para él y para todos los que se pueden ver reflejados en este post. Ojalá pronto podáis poneros donde por derecho propio os corresponde. El tiempo os dará la razón. 

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