Una de las mejores actuaciones de Paco Ureña en Las Ventas de Madrid la de esta tarde frente a un excelente y exigente toro de Jandilla, al que crujió con la mano izquierda en dos series muy de frente, con las que puso la plaza boca abajo.
El toro tuvo embestidas muy importantes y por abajo. Exigia el compromiso de un torero que estuviera dispuesto a la cornada.
Paco se lo pasó siempre muy cerca de los muslos. Siempre se puso con mucha verdad, muy de frente, poniendo las cartas sobre la mesa.
Aunque el toreo más ligado llegó en la fase inicial de la faena, el toreo de más verdad y desgarro llegó en los tercios centrales y final del trasteo. Con muletazos de uno en uno, con el torero enfibrado y crecido, llevándose la embestida hasta más allá de detrás de la cadera,...
Llegó un volteretón y el pitón buído y astillado rasgó la carne por debajo de la taleguilla. El torero no hizo un aspaviento. Ni un gesto de cara a la galería.
Pero cuando tenía a la plaza absolutamente rendida y la faena iba camino de triunfo de dos orejas, cambio de mano, se echó la muleta a la derecha, esta vez sin espada, e intentó encadenar lo que de uno en uno estaba poniendo al público muy caliente. Y se vino un poco abajo el clímax.
Volvió a la mano izquierda y volvió con la misma pureza. Cerró con muletazos de gran riesgo, flexionando la rodilla. Un hachazo infernal le pudo arrancar la hombrera.
Montó la espada cuando sonaba un aviso. Enterró tres cuartos. El toro se resistió a doblar. Y tras un certero descabello saludó una gran, gran, gran ovación.
Pasó a la enfermería por su propio pie, no le dio importancia al porrazo, y salió a matar al sexto después de haber tenido presencia en un quite a la verónica en el quinto, lo mismo que también se había hecho presente en un quite por gaoneras al primero de Manzanares.
El sexto, de Victoriano del Río, se hizo daño en el tercio de varas y ofreció nulo juego en el último tercio, donde Ureña lo despachó con ligereza.
Urdiales le cogió el aire a un toro blando de Jandilla, y mostró su buen momento también ante el deslucido cuarto de Victoriano del Río. Manzanares estuvo firme con un toro que tenía disparo de Jandilla y luego no se terminó de entender ante un toro que apuntó unas excelentes condiciones de clase y bravura.
Madrid. Viernes 8 de octubre.
Tres toros de Jandilla y tres de Victoriano del Río.
Urdiales: Silencio y silencio tras aviso.
Manzanares: Ovación y ovación tras aviso..
Paco Ureña: Gran ovación tras aviso y silencio.
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