Ya sabíamos que el empresario lorquino Juan Reverte era capaz de apostar desde las bases del toreo con acierto. Todos los aficionados recordamos con la fuerza que triunfaron dos de ellos cuando los presentó en Las Ventas de Madrid. Me refiero por ejemplo a Alejandro Talavante, que sin cortar orejas -tuvo cuatro en la mano- lanzó su carrera hacia al estrellato, y a Antonio Caro Gil, que sí cortó dos orejas de un novillo y descerrajó la puerta grande, aunque después su trayectoria se diluyera por diferentes circunstancias que no vienen al caso.
Ya sabíamos que Reverte era capaz de imaginarse una Gran Corrida de Primavera en Cehegín, fuera de fechas tradicionales, y conseguir un "reventón" de público en la plaza y colapsar la localidad de tantos visitantes que concitó el evento. Me refiero a la corrida que además resultó un maravilloso espectáculo artístico en que actuaron Morante de la Puebla, José María Manzanares y Andrés Roca Rey con un encierro de Núñez del Cuvillo justo el año antes de la pandemia.
Ya sabíamos que el mismo Juan Reverte había sido capaz de relanzar una plaza que no atravesaba su mejor momento de asistencia de público. Como lo hizo en el coso de Cieza, cuando en 2006 logró una envidiable programación, repleta de eventos de máximo interés: un cartelazo sin fisuras en agosto con Morante, Juli y Alejandro Talavante con toros de Gavira; una novillada con el atractivo de Cayetano Rivera junto a Talavante y al local Francisco Montiel, por citar algunos ejemplos.
Ahora, es empresario de la Feria de Linares. Una Feria que tiene fama por ser donde cayó corneado mortalmente y se convirtió en mito Manuel Rodríguez "Manolete". Pero ahora está cogiendo fama porque cada año ocurre un verdadero acontecimiento. En 2020 despertó la torería de Juan Ortega, que hizo una de las faenas más bellas que ahí quedan para la historia del toreo; también sucedió que Morante de la Puebla se dejó un toro vivo; y en la de este 2021 la Feria se ha vuelto a convertir en trending topic taurino.
El viernes por la cogida y el espectacular volteretón que sufría Javier Cortés; y por el triunfo de tres orejas de un torero local como Adrián de Torres al que no se le estaban echando muchas cuentas (hasta ahora) y que ha pedido paso con mucha fuerza y solidez ante una importante corrida de Ana Romero.
Y el sábado, por el acontecimiento del rabo de Morante de la Puebla de un toro de Juan Pedro Domecq en un ambiente envuelto por la música en directo del grupo del pianista David Peña "Dorantes". El embrujo cayó como un manto mágico sobre el escenario linarense en el que se escribió una novedosa página para el encuentro único de dos artes que alcanzaron el grado máximo de sensibilidad y hondura. El jazz flamenco de Dorantes y la inspiración divina de Morante de la Puebla, que firmó tal vez la mejor faena de su temporada particular, en la que ya de por sí le están cantando más las cosas buenas que nunca (y yo me alegro, que ya bastante hemos sufrido estos años atrás los morantistas de siempre, cuando nadie lo veía). Lo de ayer en Linares fue un punto y aparte.
A ver qué sucede hoy en la corrida de rejones que ha programado este ya experimentado productor de arte de máximo nivel en que se ha consolidado Juan Reverte. Como todos los días sucede "algo", ¿qué ocurrirá hoy?
Mientras tanto, aquí les dejo un par de "pildoritas" del acontecimiento de Morante vs Dorantes con su "Orobroy" por medio.
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