El próximo 30 de julio se cumplirán cien años del fallecimiento Ricardo Martínez "Yeclano", el primer matador de toros con que contó la ciudad de Yecla.
Mucho se ha hablado de la vaquilla que mató accidentalmente al celebérrimo Antonio Bienvenida, y muy poco se sabe de uno de los nuestros que murió a consecuencia de los golpes que le dio otra becerra en uno de los festejos benéficos que él mismo promovía.
Murió relativamente joven, con cincuenta años de edad después de una vida llena de curiosidades. Tales como que la llama de la afición se le encendió durante su estancia en en Cuba, donde cumplía el servicio militar. Allí se convirtió en ídolo de la tropa cuando dominó un toro que se había desmandado en una finca aledaña y ponía en riesgo la integridad de sus compañeros. Es obligado recordar que Cuba llegó a inaugurar una veintena de plazas de toros, aunque hace ya mucho tiempo que carece de toda actividad taurina.
Debutó de luces como banderillero en tierras aztecas, donde encontró un puesto en la cuadrilla de "El Guipuzcoano".
Y regresó a España para presentarse ya con cuadrilla propia ante sus paisanos de Yecla en 1901. Le echó una mano en labores de apoderamiento el taurino Yeclano Cristóbal Martínez "Cohete".
Hizo su presentación en la plaza de Madrid en 1902, junto a Cocherito de Bilbao y Mazzantinito con ganado de Miura, en accidentado festejo, en que resultó herido “Yeclano”.
Tomó la alternativa en dos ocasiones, para, después, volver a participar en novilladas con total normalidad. La primera vez en 1903 en Villarrobledo, de manos de Manuel Lara "Jerezano" con toros de Valentín Flores.
Al año siguiente, después de un periplo en el que llegó a participar incluso en una novillada sin picadores en Cartagena, tomó definitivamente la alternativa en Jumilla de manos de Miguel Báez *Litri" y de nuevo con ganado de Flores.
Siguió toreando con cierta regularidad aunque, salvo en ocasiones aisladas, el perímetro de sus actuaciones fue siendo cada vez más reducido.
En 1907 se casó, tuvo tres hijos, pero ninguno de ellos siguió sus pasos. Sí lo había hecho su hermano Josualdo, que fue banderillero y se le conocía como “El Moreno”. A raíz de haber formado una familia, entremezcló Ricardo actuaciones en las que mostraba su arrojo con otras comparecencias menos afortunadas.
La cuesta abajo de su carrera coincidió con la decadencia de la plaza de Yecla, que a esas alturas se encontraba en estado semirruinoso. Se cortó la coleta el 15 de septiembre de 1915 en el coso yeclano. Posteriormente trabajó como enólogo y también como cobrador bancario, a la vez que regentaba un bar familiar. Fue amigo de literatos como el poeta Corbalán o Eugenio Noel.
Siguió poniéndose delante en los festejos con que pretendía animar a la afición del Altiplano. Hasta que a los cincuenta años de edad, los golpes de una vaquilla, mientras hacía una dirección de lidia, le costaron la vida hace ahora justo cien años. Aunque no muchos se acuerden de la efeméride.
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