martes, 31 de diciembre de 2019

El sorprendente adiós de Manolo Molés en el programa "Los Toros", de la Cadena Ser

Antonio Chenel "Antoñete", Molés, Alberto Castillo y
Manolo Guillén, en las Tertulias de 2008.
Como si nos estuvieran arrancando un cachito del corazón. A sangre y a hiel olían las palabras que salían por el auricular del maldito streamming de Radiolé en directo ayer por la noche.

Cuarenta y nueve años repetía el Maestro que llevaba el programa en antena, cuarenta y nueve. Yo, que tengo cuarenta y cinco, recuerdo siendo bien chico los domingos por la noche acostarme junto a mi padre en su cama para escuchar en el transistor "el programa de Los Toros", "el programa de Molés".

Rancios recuerdos sin duda que como a tantos aficionados de la misma quinta nos ayudó a despertar la afición por el toreo y también por la comunicación. Había una frase redonda, en aquél "ruedo inmenso de la Cadena Ser": "¡O se duermen ahora, o ya no hay remedio!", anunciaba Molés con ironía anticipando contenidos de alto interés.

Quién me iba a decir a mí en aquél tiempo que algún día compartiría tertulia y micrófono junto a los dos Maestros: Chenel y Molés. (En la imagen en las Tertulias Taurinas de Radio Murcia en mi querida Cadena Ser, en el Restaurante Hispano, también junto a Alberto Castillo).

En el Club Taurino de Murcia, cuando todavía no era "Real",
con el Maestro Manolo Molés. 
Aquellos tiempos traen estos. Y éstos, sin duda, darán paso a los que están aún por venir. Molés habla de "nuevos e ilusionantes proyectos"; pero lo cierto y verdad es que los aficionados hemos perdido una ventanita que, aunque estuviera de alguna manera tan oculta en la madrugada profunda del domingo al lunes, todavía nos permitía seguir latiendo en un medio generalista de tan amplia difusión como es la SER.

Molés hizo de "Los Toros" un programa de referencia. En sus mejores épocas, superó el millón de oyentes.

Unos piensan que es sólo el anuncio del adiós a esta emisora por parte del periodista de Alquerías del Niño Perdido; mientras otros dan por hecho la clausura, el cierre, o el carpetazo final a un tema que cada vez parece incomodar más a los responsables de los medios de comunicación generalistas: los toros.

Molés dejó la puerta abierta a la esperanza: "Tendré más tiempo para otras cosas, vivir la vida, hacer de nuevo televisión, escribir algún libro. No fallé ni un día. Será para bien...".

¿Para bien de quién?

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