En el octavo aniversario del fallecimiento del Maestro José Mari Manzanares, comparto esta foto de mi archivo particular junto con un pequeño gran detalle, que recuerdo con tanta nitidez como si estuviera grabado a fuego en mi memoria de aficionado.
Jamás hubiese soñado debutar de luces con ese mismo traje burdeos y oro del Maestro Manzanares, junto al que me retraté en 1992 el patio de cuadrillas de La Condomina.
Caprichos del destino, justo tres años más tarde, exactamente ese mismo traje lo vestía yo en esa misma plaza. Y no me refiero al color, sino a que era el traje de Manzanares el que tuve la dicha de enfundarme para torear con él.
Como les diría yo que eso, para un manzanarista convencido y confeso, eso es mucha tela.
#EternoManzanares
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