viernes, 3 de diciembre de 2021

Filiberto, poesía campera en Albarreal


El calasparreño Filiberto Martínez está cogiendo poso en su toreo. Su tauromaquia está muy definida desde sus comienzos, pero cada día asienta más los conceptos en los que se fundamenta.

Les voy a contar un secreto. Hubo un momento en que de novillero sin picadores su estilo me pareció que navegaba entre el preciosismo de Enrique Ponce y la fría hondura de cuando José Tomás era novillero.

Las primeras veces que le vi me impactó por su verdad y ahí comprendí por qué era un torero de los que se hace el silencio cuando torea.

Pero ese secreto que les comento era tan sólo un parecer que se me antojaba a mí cuando le veía en la plaza o por televisión.

Ahora, que van pasando los años a su favor en cuanto a madurez y oficio, cada vez es menos Ponce y menos José Tomás. O mejor dicho, cada vez se me atisban menos sombras de Ponce ni de Tomás cuando le veo, para comprobar que cada vez es más él mismo.

Cada vez esa personalidad va rompiendo en un torero al que todavía está por llegarle la gran oportunidad. Y en esa guerra está. No para de entrenar, no deja de ir al campo ni ahora que está todo el mundo pensando en "puentes" y en vacaciones.

Es momento de esfuerzo silencioso. Ya llegará la recompensa. De momento toca dar el callo en el campo. Como hace en esta excelente estampa captada en la ganadería de Albarreal, que es un verdadero poema al bello arte de torear. ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario