Pepe Castillo, en el centro, flanqueado por su "hermano" Domingo España y Manolo Guillén. |
A los 92 años de edad, ha fallecido en Murcia el gran José Castillo Navarro, "Pepe Castillo" en los carteles.
Era hijo del cuerpo. Su padre era mozo de espadas: Santiago Castillo, popularmente conocido como "el Mochila".
Ayer se habían cumplido exactamente 69 años de su debut con picadores en La Condomina, el 1 de agosto de 1954, donde estoqueó una novillada de Samuel Hermanos en compañía de Manuel Cascales Hilla y César Faraco.
Como novillero actuó en todas las plazas del levante. Blanca, Abarán, Ontur, Lorca y Alicante fueron escenario de su poderío con capote, muleta y, sobre todo, con las banderillas.
Aunque, sin duda, me reconoció en cierta ocasión que "Cartagena siempre era Cartagena", y allí había triunfado en numerosas ocasiones. Incluso fue distinguido con una "Oreja de Oro", que donó a la Virgen de la Caridad.
También en la antigua plaza cartagenera tuvo su bautismo de sangre. Fue banderilleando a un novillo de la ganadería salmantina de Antonio Pérez, que le hirió de gravedad en el muslo derecho, en junio 1956. Un mes antes, había triunfado con fuerza en la plaza de Murcia, alternando en un cartel de máxima rivalidad alicantina con El Tino y Pacorro.
Como tantos otros, después de ese gran ambiente, no tomó la alternativa. Y se hizo banderillero. Incluso se fijó en él el gran Antonio Ordóñez, que le dio entrada en su cuadrilla ocasionalmente una Feria de Septiembre y le llegó a proponer entrar de fijo en su cuadrilla.
Corría el mes de diciembre de 1959. cuando en la plaza de Almería, a la salida de un par de banderillas en una novillada de promoción, recibió junto a las tablas un cornadón de extrema gravedad en la ingle derecha.
Fue trasladado en avión hasta al Sanatorio de Toreros, en Madrid, donde el Dr. Máximo García de la Torre, al comprobar la gangrena, se vio obligado a amputarle la pierna.
Se sintió siempre torero. Lo era en toda la extensión de la palabra. Hombre comedido, educado, culto.
Ejerció como asesor del presidente en la plaza de toros de Murcia durante muchísimos años, apuntando siempre con acierto y máximo respeto en cualquiera de sus apreciaciones.
Las últimas palabras que intercambié con él, tenía los ojos emocionados. Hacía pocos días que había fallecido su "hermano del alma", como se refería a mi querido Domingo España. Estamos hablando de dos toreros cabales para la Historia de la Murcia Taurina.
Nunca olvidaré una tarde que le vi torear de salón en el ruedo de La Condomina. Llevaba la muleta ortopédica en una mano y la muleta de torear en la otra. Una auténtica delicia. Una bellísima locura. Lo mismo que aquél día que hizo lo propio, delante de una becerra. A pesar de su minusvalía.
Una minusvalía que no le impedía hacer vida normal. Hasta conducir su vehículo. En un encuentro que mantuve con él, con el antes mencionado Domingo España y otro gran amigo como era Blas Cano Paredes, me llevó en su coche hasta donde yo tenía aparcado el mío.
Qué fuerza, qué vitalidad, qué ganas de vivir, qué espíritu y ¡qué torería tuvo siempre el gran Pepe Castillo Navarro!, por quien hoy rezamos un Padre Nuestro en memoria de un hombre bueno... y, no lo olviden, un torero de una pieza.
Descanse en paz.
Capilla ardiente instalada en el Tanatorio de Jesús (Sala 8), de Murcia. Misa funeral en la Capilla del Tanatorio, este jueves 3 de agosto a las 13:00 horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario