Escultor, pintor, historiador,... y torero de pensamiento. Aficionado práctico esporádico. Pero aficionado siempre. Defensor a ultranza de la Tauromaquia no ya como Cultura, sino como disciplina de las Bellas Artes.
Entre sus múltiples trabajos (les recomiendo que lean el apabullante currículum que publica en su obituario Pepe Castillo Abreu en www.torosnoticiasmurcia.com), destaca uno por su significado y por su visibilidad. Me refiero a la escultura en bronce de Enrique Cano "Gavira", que ilumina la Plaza José Ortega Cano en las inmediaciones de la Casa de Cultura Ramón Alonso Luzzy y que anecdóticamente mañana hace 26 años que fue inaugurada.
Juan de la Cruz recibió el encargo del Club Taurino de Cartagena, directamente de su presidente Manolo Juárez, para representar a quien fue el primer matador de toros cartagenero. Y le salió calcado.
Tanto se inspiró, tan bien se documentó, que, sin haberle visto nunca en persona, porque no llegaron a coincidir en el tiempo, le representó con total y absoluta fidelidad a las formas.
Lástima que algún iluso le robara el estoque, tal vez por lo que simboliza; pero "Gavira", en gesto altivo, dirige su mirada hacia la meca de la afición de Cartagena. Hacia el lugar donde quedan los restos de la plaza de toros donde se doctoró en Tauromaquia y donde tuvo alguno de sus más sonados triunfos antes de que "Saltador", de Pérez de la Concha, segará su vida en la antigua plaza de Madrid en el año 1927.
Ha llovido, hoy también curiosamente lo ha hecho, hasta llegar al día en que Gavira se reencontrara con su "padre", Juan de la Cruz Teruel, en el Cielo de los Hombres Buenos. Y por qué no, en el Cielo de los que se han sentido Toreros en esta vida.
Dios le tenga en su gloria, mientras en la tierra sus amigos y familia no le vamos a olvidar jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario