Tras varios años apartado de los ruedos, aunque haciendo alguna incursión puntual en el campo o como en el tentadero solidario que se celebró hace un par de inviernos en la finca La Herencia, de El Jimenado, Alfonso se ha labrado un futuro fuera de lo que ha sido y sigue siendo la pasión de su vida: el toreo.
Me alegro mucho por él, porque me consta lo que ha sudado alcanzar esta merecida plaza, aunque como aficionado me apena que el las circunstancias o el "sistema" deje que se pierdan toreros de tanta categoría como lo fue Alfonso Romero mientras que estuvo en activo.
Mucha suerte en esta nueva andadura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario