Qué gran tarde de toros ha dado Paco Ureña esta tarde en Pamplona.
Debió haber pasado una oreja del que abría plaza, que tras una muy buena estocada se echó, se levantó, volvió a echarse y asi hasta enfriar la petición.
Pero Ureña había estado muy por encima de él y muy lucido además.
En el cuarto llegaría lo mejor de la tarde. El lorquino se fundió con las embestidas de Cuba, un excelente toro de Puerto de San Lorenzo que rompio a embestir y al que cuajó a lo grande Ureña.
Le toreó a placer sobre ambas manos. Pena que al entrar a matar por derecho sufriera el percance.
Se resistió el toro a caer con el estoque enterrado en el morrillo. Y Ureña alargó innecesariamente su presencia en el ruedo mientras manaba sangre de su muslo derecho, desde encima de la rodilla y hasta la zapatilla.
Entre gestos de dolor y al mismo tiempo de satisfacción acabó siendo llevado en volandas a la enfermería donde está siendo atendido. Mientras el presidente --el alcalde lumbreras que querría dejar los sanfermines sin corridas de toros- no tuvo mas remedio que concederle una oreja al lorquino.
Una oreja paseó Román de su primero tras una faena voluntariosa ante un buen toro que le permitió alardes de cara a la galería y también profundizar en su concepto.
Buena imagen también de Jose Garrido, sobre todo con la capa. Un quite por chicuelinas amorsntadas al primero de Romany el saludo por verónicas al sexto fueron lo mejor de su actuación.
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