Esta fantasmagórica imagen ilustra la entrada más reciente de Rafaelillo en Twitter.
El valiente Rafael posa bajo el pórtico de entrada a esa "Casa del Terror", que es la finca Zahariche, donde se crían los toros de una vacada de leyenda.
Quienes han atravesado ese umbral saben bien lo que les digo. Las bisagras chirrían y los ecos del miedo golpean a ritmo acelerado de sístoles y diástoles.
Un toro de Miura pido acabar con la vida de Rafaelillo en Pamplona el pasado 14 de julio. El próximo 13 de abril, el maestro estará de nuevo delante de la cara de los miuras en el Coliseo francés de Arles.
Había que borrar los mengues y volver a pisar el territorio prohibido. Allí, como es costumbre, no habrá querido conocer la camada miureña. Pero sí se habrá puesto delante de las eralas de la casa, las futuras madres de unos toros con más leyenda que kilos. Y eso que suelen rondar los seis "montones"...
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